Codecyt SA

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En Tucaní, capital del municipio Caracciolo Parra Olmedo, estado Mérida, específicamente en la Comuna Che Guevara, está ubicada la Cooperativa Colinas del Mirador (Colimir), organización dedicada al cultivo del café orgánico, cuya producción asciende a 40 000 kg de café al año.

Aunque el cultivo del café es ejercido tradicionalmente por hombres, esta cooperativa, integrada por 25 familias, se ha caracterizado porque las mujeres se mantienen activas en los procesos organizativos y productivos de la faena: siembra, recolección, secado y comercialización del grano.

La vida en el cafetal

Yeini Urdaneta, integrante de Colimir, relató que la incorporación de la mujer al mundo laboral del campo ha significado un proceso de aprendizaje para ellas y para los hombres.

Las caficultoras de Colimir atienden labores del hogar y trabajan en el cafetal. Así lo refiere Urdaneta: «La querida Dioselina Quintero, es un retrato de las trabajadoras de Colimir: es madre, abuela, compañera, amiga y caficultora”.

Las mujeres de Colimir, en comunión, han ido cambiando paulatinamente la mentalidad patriarcal que predomina en las zonas rurales, como parte del proceso descolonización que impulsa la Alianza Científico-Campesina; pero, como todo proceso psicosocial, es un “proceso progresivo, de mucho esfuerzo reflexivo”.

Para la entrevistada, la vida en el cafetal se resume en voluntad, constancia e inspiración. “El cultivo del café es una tradición. Una cultura que nos enseña a querer más a nuestras plantas y a nuestros familiares. Al paso que podamos las plantas, pensamos en nuestros seres queridos y apreciamos el hermoso paisaje”.

Las mujeres de Colimir, además, de participar en la siembra y cosecha, realizan importantes tareas administrativas; entre ellas, llevar los registros manuales y digitales de las actividades en el vivero y la venta del café; así como la relación de la toma de decisiones por consenso dentro del negocio.

Futuro, Pandemia y Bloqueo

Durante esta época de Pandemia y en medio del bloqueo imperial, en Colimir, han aprendido lo que significa trabajar desde la resiliencia, aseveró Urdaneta.

“El bloqueo económico ha sido una situación fuerte para los pequeños productores de la zona. Las personas integrantes de la cooperativa han debatido qué es la resiliencia y cómo podemos seguir adelante, construyendo futuro, desde la capacidad creativa. Hemos aprendido que en cooperación nos sostenemos y somos más fuertes”, explicó la caficultora.

Tras diecisiete años de existencia de esta cooperativa, cada vez se integran más féminas a las actividades en el vivero de Colimir, un espacio socioproductivo que tiene una incidencia transformadora en la vida de 1350 familias de la Comuna Che Guevara.

Alianza estratégica

El cultivo del café es una de las principales actividades económicas del estado Mérida. Según datos recopilados por la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico (Codecyt), aproximadamente, cinco mil familias merideñas dependen de manera directa e indirecta de la producción y comercialización de este grano.

Aparte de esta repercusión directa en los medios de subsistencia de las familias campesinas, el cultivo de café ofrece otras ventajas para el ecosistema: ayuda a reducir la erosión del suelo; contribuye a una buena gestión de las cuencas hidrográficas; favorece el mantenimiento de la biodiversidad, en particular en los sistemas agrícolas mixtos de las pequeñas fincas familiares, que ofrecen hábitat adecuado para diversas aves migratorias y a otros animales.

Pero no fue sino hasta el año 2013, cuando Codecyt formuló el proyecto “Escalamiento industrial y tecnológico. Red Socialista de Innovación Productiva de Café Orgánico, en el municipio Parra Olmedo, estado Mérida”.

Codecyt acompañó la capacitación especializada a productores y técnicos sobre el cultivo y mejoramiento de las semillas, el procesamiento del café molido y el control de calidad del producto, procesos de la cadena de distribución y logística.

El proyecto impulsó la construcción de la infraestructura de una planta procesadora de café molido. También, gracias a este proyecto, se instalaron los equipos necesarios para optimizar los procesos de producción de café.

En ese mismo período, los productores recibieron, como parte del proyecto,un lote de semillas arábicas, variedad Inia 1, de tres líneas. “Nuestro propósito fue multiplicar ese aporte de la ciencia venezolana”, asintió Urdaneta. Actualmente, Colimir maneja otras variedades de café: Festival, Araguaney, Colombia 27, Monte Claro y Caturra”.