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La República Bolivariana de Venezuela forma parte del programa mundial de manejo de desechos radiactivos con asistencia del OIEA

 

 

Desde hace más de un siglo la humanidad inició los descubrimientos vinculados a las aplicaciones pacíficas de la energía nuclear. Desde los rayos X descubiertos en 1895 por el físico Alemán Wilhelm Röntgen, que lo haría acreedor del primer premio Nobel de física del mundo en 1901, hasta los tratamientos contra el cáncer utilizando elementos radiactivos o radioisótopos, como se les conoce en la actualidad.

 

 

Con el pasar de los años y sumado a los avances tecnológicos en el campo de la medicina, los países han acumulado elementos catalogados como «desechos radiactivos», término con el que se les conoce a los elementos que antiguamente fueron usados para una aplicación concreta, pero que hoy día no poseen la actividad suficiente como para lograr su propósito inicial. A pesar de eso, estos elementos pueden representar un peligro para el ambiente y la salud humana si no se guardan las precauciones y protocolos necesarios.

 

 

Actualmente, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se encuentra apoyando una campaña mundial para la recolección de fuentes contentivas de Radio 226, elemento radiactivo empleado para los tratamientos oncológicos de cuello uterino entre los años sesenta y noventa del siglo pasado.

 

 

Venezuela forma parte de este programa de recolección por lo que expertos del OIEA se encuentran en el país para acondicionar el material almacenado y prepararlo para su exportación hacia un destino que permitirá su almacenaje seguro, reciclaje y reutilización conforme a los acuerdos internacionales que rigen la materia.

 

 

Hablan los expertos

 

 

Juan Carlos Benitez Navarro, oficial del OIEA, jefe de la unidad de gestión de desechos radiactivos y fuentes selladas en desuso, expresó que el trabajo desarrollado durante esta misión viene a fortalecer las labores que los especialistas nacionales han ejecutado con éxito durante estos últimos dos años, “en esta misión estamos acondicionando las fuentes de Radio para que estén almacenadas de forma segura, que no provoquen contaminación al público ni a los operadores”.

 

 

El también jefe de misión, comentó que a la par del acondicionamiento, se está desarrollando una capacitación al personal operador del almacén central, así como a miembros del órgano regulador venezolano, “esta operación es atípica ya que puede realizarse en un país aproximadamente cada 20 años, por lo que lleva una capacitación especializada y dota al personal de capacidades para desempeñar sus labores con mejor preparación desde el punto de vista de protección de los operadores y la población”.

 

 

La misión cuenta con la experticia de dos especialistas cubanos, Jackeline Mendoza y Juan Miguel Hernández García dedicados a la gestión de desechos radiactivos. Los expertos manifestaron que la gestión de las fuentes en desuso es crucial para garantizar la seguridad radiológica y física de las mismas, lo que asegura que estas no causen efectos dañinos a la población o al medio ambiente.

 

 

Mendoza explicó que como primera tarea se dedicaron a la evaluación del almacén, lo que incluye la medición de la tasa de dosis para obtener luego una comparativa al culminar las tareas de acondicionamiento. Posteriormente iniciaron las tareas de desmantelamiento de los dispositivos para su caracterización y acondicionamiento en cápsulas de acero inoxidable, que a su vez son dispuestas en contenedores con blindajes apropiados para su almacenamiento.

 

 

Ahora, ¿qué viene?

 

 

Una vez realizado el acondicionamiento y aseguramiento de las fuentes en las cápsulas se tiene prevista su extracción del país, dado que existen naciones interesadas en el reciclaje de las mismas, “extraerlos del país significa quitarle un peso a Venezuela para la disposición final, dado que aún no se cuenta con el camino para este último paso”.

 

 

Según la web oficial del OIEA la disposición final “es la última fase de la gestión de desechos radiactivos y su objetivo es garantizar la seguridad mediante la colocación de los desechos en instalaciones diseñadas para mantener un nivel apropiado de contención y aislamiento”. Para esto se han contemplado diversas opciones que “prevén variaciones en cuanto al volumen y las características de los distintos tipos de desechos, los elementos específicos de la legislación de cada país y las diferencias geológicas”.

 

 

Ciencia nuclear venezolana

 

 

El jefe de la misión Benitez Navarro, felicitó la gestión del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt) por ejecutar, de forma eficiente y ejemplar, un plan nacional de recolección y almacenamiento seguro de estas fuentes apegados a los estándares internacionales, “Venezuela ha hecho un proyecto muy grande, multidisciplinario, donde está ejecutando los últimos dos años la colecta de este material en desuso para su almacenaje y custodia”.

 

 

El Mincyt, a través de sus entes adscritos, promueve el uso pacífico de las tecnologías nucleares haciendo especial énfasis en la formación académica a través de la recién creada licenciatura en Energía Nuclear en la universidad de las Ciencias Dr. Humberto Fernández-Morán así como los diplomados, maestrías y especializaciones en el área, dictados por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) el Instituto de Estudios Avanzados (Idea).

 

Prensa Polo CyT / Texto: Candi Moncada