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Venezuela experimenta nueva arremetida de operaciones psicológicas

 

 

El capitalismo ha promovido una sociedad de autómatas, donde los sentimientos están cegados por intereses anclados en el poder económico y en anti-valores que promueven el odio, el desconocimiento del otro y potencian el desarraigo de la identidad de los pueblos.

Para Ovilia Suárez, especialista en psicología en desarrollo humano, las recientes acciones violentas registradas en algunos focos de Caracas y del interior del país, luego de las elecciones del pasado 28 de julio de 2024, son parte de las operaciones psicológicas que «han estado presentes en Venezuela de una manera sistemática, estructurada, permanente, desde hace bastante tiempo».

Explica que las operaciones psicológicas son todos aquellos mensajes creados con el objetivo de cambiar las actitudes de las personas. Esto involucra sus sentimientos, emociones, pensamientos y conductas.

«Hay un imaginario preconstruido en la sociedad que vivimos”, afirma. “Vivimos en una sociedad que está afectada por un sistema económico social que es el capitalismo, que es el que conocemos todas y todas».

La sociedad de consumo, que se inició en el siglo XX, forjó la forma en la que se comporta la sociedad, «nuestros sistema de creencias y de valores se va instalando desde las religiones judeocristianas y desde los mensajes de los medios que de alguna manera fortalecen, sustentan el sistema capitalista», comenta.

La integrante del Colectivo de Psicólogos y Psicólogas por el Socialismo precisa que las personas o grupos sociales son sometidas sistemáticamente a un conjunto de imágenes, videos y audios que van construyendo sentimientos, emociones, maneras de pensar, «que pueden ser reforzados por los comunes a nosotros, los iguales».

Todo este engranaje mueve conductas específicas.

«Sabemos que frente a imágenes que nos consternan, que nos indignan la respuesta puede ser llorar, la tristeza, la impotencia, la intolerancia frente a lo que estamos viendo. La ansiedad, la angustia, el miedo, la rabia», comenta.

Operación psicológica preelectoral

La psicóloga Ovilia Suárez refiere que meses antes de las elecciones presidenciales, se intentó crear una percepción social, un escenario, «en sectores políticos vinculados a la oposición más violenta del país, para preparar una respuesta».

Ese escenario, comenta Suárez, tiene tres elementos. El primero, alegar que son mayorías «que lo pueden demostrar fácilmente»; el segundo, «las clases populares están muy decepcionadas, muy cansadas y van a votar en contra del Gobierno Bolivariano»; y el tercero «conocen las maneras en que el apoyo internacional se va a generar, de una forma tal que no haya posibilidad de que no se gane en esta contienda electoral».

La psicóloga venezolana recuerda que en estas elecciones presidenciales, el candidato de la extrema derecha no hizo campaña y no mostró plan de gobierno.

«Fue una campaña un poco extraña; el mensaje de esa campaña es que esta vez tenían otras formas para asegurar la victoria y que era imposible que no se ganara, que solamente podían perder si había fraude. Esa preparación psicológica estuvo de tal manera, que muchas personas estaban absolutamente convencidas de que eso era así. Es decir, el juego estaba ganado desde antes de empezar», señala.

Reconocer al árbitro

Agrega que cuando se da una contienda electoral se entra en un juego donde hay normas, leyes y un árbitro, que deben ser reconocidos por todos los participantes. «Si tú crees en los poderes que sostienen al Estado, tú debes confiar en las reglas y en esos poderes; y si no, no debes participar».

Sin embargo, si participan aún cuando no reconocen al árbitro, ni las normas y leyes, entonces lo que se genera es «el caldo de cultivo para que todos se sientan decepcionados, frustrados; y ante la frustración y la decepción va a ocurrir emocionalmente una respuesta, que puede ser manifiesta con ira, con rabia, con dolor y con otro tipo de sentimientos y de emociones que, de alguna u otra manera, lo estamos viendo», dice.

Suárez comenta que para sostener esta percepción alterada de la realidad se crean núcleos de violencia en sectores populares.

«Si hay descontento en una comunidad y luego en esa comunidad aparece un núcleo de violencia, viste es que de verdad había descontento. ¿Qué sucede con eso? Que la percepción de la realidad se altera, porque tú la estas mirando con el ojo de la rabia, con el ojo de la frustración y con el ojo de haberte creído una cosa previo a que pudieras demostrarla», sentencia.

Hay que sanar como sociedad

La psicóloga y experta en conducta humana, Ovilia Suárez, hace un llamado al pueblo a mantener intacta su identidad como venezolano (a). Señala que las acciones que se han registrado para atacar símbolos y referentes de la venezolanidad, tienen como objetivo profundizar las heridas que quedaron durante las guarimbas de los años anteriores, que fracturó la convivencia.

En este sentido, invita a tomar las cosas con calma, a no caer en provocación alguna, dejar que las aguas vuelvan a su cause para aproximarnos a aquello que se comparte.

«Que no se esté viviendo todo esto en soledad, es importante que la gente se junte con sus afectos, con sus lazos más firmes, con sus iguales», refiere.

Agrega que es necesario analizar, con cabeza fría, lo que se observa. «Incluso ver cómo informarme de la manera más objetiva, siempre recomendamos los medios serios, oficiales, no alarmistas, porque a veces el alarmismo lo que está haciendo es motivando, estimulando, algunos elementos que te van a activar ese tipo de emociones».

Finalmente, recuerda que el pueblo venezolano está en presencia, «de un gran ataque psicológico para que los estímulos que puedan desencadenar rabias, desencadenar frustración, desencadenar violencia, estén a flor de piel».

«Hay que ser ponderados», dice, para poder comprender lo que se ve en la realidad y así preservar la salud mental individual y colectiva. «Detrás de lo que estamos viendo hay una intencionalidad».

 

Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Vanessa Gutiérrez / Foto: Carla Rodríguez.